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domingo, 7 de febrero de 2010

Población de España

La demografía de España contiene las bases del estudio sobre la población española en distintos campos, como puede ser la cuantificación demográfica y la cualitativa, es decir las cualidades en su estado laboral, su renta, su edad, etc. España tiene una población de 46.745.807 habitantes al 1 de enero de 2009, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata del quinto país más poblado de la Unión Europea; sin embargo, su densidad de población (91,4 hab/km² según INE 2008) es menor que la de la mayoría de otros países de Europa Occidental.

Clima de España

El clima de España es muy variado debido a su posición latitudinal y por las características propias del territorio. La Península Ibérica està ubicada en un lugar destacado dentro de la circulación general atmosférica que no permanece estática sino que existen diferentes movientos de Norte a Sur, según la estación climática. En la península tiene influencias diferentes masas de aire que van a tener unas características propias habiendo frías o cálidas y húmedas y secas. La península se encuentra en una zona templada, no teniendo características climáticas homogéneas al ser zonas de mezcla entre zonas de aire cálido y zonas de aire frío (subtropicales y polares).

La variada orografía de España, así como su situación geográfica, en latitudes medias de la zona templada del hemisferio Norte, hace que el país tenga una notable diversidad climática. Así pasamos de lugares con suaves temperaturas, en torno a los 15ºC, a otros que superan los 40ºC, sobre todo en verano, y de sitios donde las precipitaciones no superan los 150 mm, a otros que registran más de 2500 mm anuales.

Sin embargo, hay una serie de rasgos generales que pueden resumirse en los siguientes puntos:

Las temperaturas disminuyen progresivamente desde los litorales hacia el interior. Por ejemplo, las temperaturas medias del valle del Guadalquivir oscilan en torno a los 17-18ºC, y en las tierras del Ebro, sobre los 14ºC.
En las tierras del interior, los valores descienden de Poniente a Levante.
Las temperaturas aumentan de norte a sur. La parte septentrional de la Meseta presenta valores entre los 10ºC y 12,5ºC, y la zona meridional, entre 12,5ºC y 15ºC.
Enero suele ser el mes con la temperatura media más baja, mientras que agosto es el mes con el promedio más alto.
Las temperaturas de las aguas del Mediterráneo son más altas que las del Cantábrico. En el primero, la media se sitúa entre los 15ºC y los 18ºC, mientras que en el segundo, ronda los 14ºC.
La amplitud térmica es mayor en el interior de la Meseta, donde en ocasiones alcanza los 20ºC, mientras en lugares como Canarias esa amplitud es menor, y entre el mes más cálido y el más frío apenas hay variación de 5ºC.

Hidrografía de España

Al igual que la hidrografía de cualquier otro país, la española está determinada por dos tipos de factores: los climáticos y los geológicos (relieve y suelos). La mayor parte de España presenta un clima mediterráneo, por lo que una primera característica general es la de ríos con fuertes estiajes y escaso caudal. De esta característica están exentos los ríos de la llamada España húmeda: el norte y noroeste, y en parte, también los grandes colectores o grandes ríos, ya que sus afluentes procedentes de las montañas amortiguan estos efectos.

El relieve determina la red hidrográfica española. En la península es la Meseta Central la unidad de relieve más importante por la superficie que ocupa y porque en torno a ella se estructuran el resto de grandes unidades, como sus rebordes montañosos y las depresiones y cordilleras exteriores. El hecho de que esté basculada hacia el oeste es el causante de que tres de los grandes ríos (Duero, Tajo y Guadiana) viertan sus aguas al Atlántico. De los otros dos grandes ríos, el Guadalquivir también desagua en el Atlántico por la inclinación de la depresión Bética hacia ese océano, mientras que el otro gran río, el Ebro, es el único de los grandes colectores que desagua en el Mediterráneo, dada la apertura de la depresión Ibérica hacia ese mar.

Los lagos no son abundantes en España, aunque sí de origen variado, pues existen tanto de origen endorreico (tectónicos y volcánicos), como de origen exorreico (glaciares, cársticos...) en incluso de origen mixto.

Relieve de España

El relieve de España se caracteriza por ser bastante elevado, con una altitud media de 660 metros, y montañoso si lo comparamos con el resto de países de Europa, con excepción de Suiza, Austria y los microestados de Andorra y Liechtenstein, cuya altitud promedio es bastante mayor. En la España peninsular, el relieve se articula en torno a una gran Meseta Central que ocupa la mayor parte del centro de la Península Ibérica y que tiene una altitud media de 660 metros. Fuera de la meseta, está la depresión del río Guadalquivir, situada en el suroeste de la península, y la del río Ebro, en el noreste de la misma.

Los sistemas montañosos de España son muy numerosos y ocupan casi la mitad del territorio nacional. Los Pirineos (en el límite noreste) y los Sistemas Béticos (en el sureste) son las cordilleras más elevadas y se sitúan fuera de la Meseta Central. Rodeando ésta, está la Cordillera Cantábrica en el norte, el Sistema Ibérico en el este, y Sierra Morena en el sur. Dentro de la Meseta Central está el Sistema Central y los Montes de Toledo.

A España pertenecen dos archipiélagos de interés geográfico: las islas Baleares, situadas en el mar Mediterráneo, con una latitud similar a la de Castilla-La Mancha; y las islas Canarias, siete islas de origen volcánico ubicadas en el océano Atlántico, próximas a la costa del Sáhara Occidental. De España también son algunos pequeños enclaves costeros del norte de Marruecos: las ciudades de Ceuta y Melilla, las Islas Chafarinas, y los peñones de Alhucemas y de Vélez de la Gomera.

La costa española, bañada por el Océano Atlántico, y los mares Cantábrico y Mediterráneo, presenta una gran diversidad de playas, acantilados y rías. La costa alta (presencia de acantilados y rasas) y articulada (presencia de rías y cabos) es la más predominante en el norte y en las islas Canarias, mientras que la costa baja (presencia de playas y calas) es propia del sur y del Mediterráneo.